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el blues del exiliado

Don Camilo

Hoy he visto, en el Blog de Dust, una cita de Don Camilo, ese escritor que fue Premio Nóbel, fascista y delator y que en sus ratos libres gustaba comer alubias (¿unas fabes, Don Camilo?) o vaciar una palangana de agua por el curioso método de la absorción anal ¿?. La cita comenzaba diciendo que “la duda es como una vaga nubecilla que, a veces, habita en los cerebros….” Pues bien. Creo que en el cerebro de Don Camilo esa nube se hizo permanente y se quedó a vivir allí. Y así, este personaje, completamente “nublao”, se dedicó a colaborar con el régimen fascista de Franco, ofreciendo sus servicios al Ministerio de Información y Turismo, tutelado por Fraga (sí, el Fraga que conocemos todos, que debe tener doscientos años). Se trataba, según el historiador catalán Pere Ysás, de desenmascarar a escritores disidentes y señalaba algunos nombres que podían ser “sobornados, domesticados y reconvertidos” para el régimen de Franco.
Conozco una taberna en el Casco Viejo de Bilbao que exhibe una carta de Camilo José Cela dirigida al Ministerio de Gobernación, creo recordar. La cosa es que a Don Camilo no le habían declarado apto para la prestación del Servicio Militar, pero él se ofrecía como chivato y delator para ser de utilidad al régimen y a la Patria.
Voy a intentar que el dueño me autorice a hacerle una fotografía y la colgaré en O mío rencón, ahora que es un tema de actualidad.

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