Blogia
el blues del exiliado

Esto se acaba

Ya me quedan pocos días de vacaciones. Todavía queda una mínima posibilidad de que durante estos pocos días que me quedan la vida me sonría en forma de primi-loto, combi-once o lo que fuere. Algo que me permita no reincorporarme y continuar mirando la vida. Así, sin más. Que hoy llueve, pues a ver llover. Que mañana sale el sol, pues a dar un paseo. Que un día se tercia, pues a acercarse hasta Galdakao, a una sidrería que hay en lo alto del pueblo y degustar unos Santiaguiños con salsa de hongos, una ensalada templada de bogavante y un buen chuletón de buey. Todo ello regado con una rica sidra...
Pero ustedes saben (y yo en el fondo también) que dentro de pocos días el despertador volverá a sonar, indiferente, a altas horas de la mañana y que los trenes continuarán siendo de ida y vuelta.
Lo próximo que voy a hacer es adquirir mi bono de apoyo al homenaje que un grupo de buenas personas tributarán a Ramón Acín y a su esposa Concha, que un día de 1936 fueron arrancados de su casa en Huesca y fusilados. Pero sus asesinos no contaban con que nadie muere del todo mientras la memoria permanezca intacta.
Más información en la página de Victor Juan.

1 comentario

Anónimo -

y que razón que tienes Victor!antes pasaba indiferente de camino a la facultad por esas dos grandes pajaritas!ahora, cada día que paso, recuerdo las miserias y las injusticias del 36 y de los años venideros.Ramón y Concha han recobrado vida con la visita al parque, su nombre está presente en mi cabeza cuando veo las pajaritas, y cuando paso con algún amigo, le intento hacer partícipe de su historia.
parece que los jóvenes hallamos perdido el interés, parece que como no lo vivimos no lo sentimos, pero no es así;ya no es Lorca, ahora también son Ramón y Concha, Concha y Ramón.
y qué lástima que nadie nos hable más sobre este vergonzoso periodo de nuestra historia que se llevo vidas de mucha gente que hoy aún debería estar entre nosotros.